Redes de pueblos de origen

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Los inmigrantes indígenas a través del enfoque de redes comunitarias
¿Cómo entendemos las diferentes redes comunitarias?
La obligación de enviar dinero y servir a la comunidad en México
El pueblo de origen -- el centro cultural de las comunidades indígenas
Breves descripciones de 9 redes de pueblos de origen

Los inmigrantes indígenas a través del enfoque de redes comunitarias

Utilizamos el término “red de pueblo de origen” para referirnos a la organización social que existe entre las personas del mismo pueblo o lugar en México.  Las relaciones sociales y los patrones culturales formados en el pueblo de origen son de suma importancia para el comportamiento de muchos inmigrantes de las zonas rurales, y componen una organización interna que puede brindar apoyo y consuelo a sus elementos.  Esta organización de redes migratorias evoluciona por medio de los sistemas tradicionales de intercambio mutuo que existe como técnica de supervivencia en todos los ambientes rurales.  Al principio, los emigrantes pioneros del pueblo tienen que superar grandes dificultades al cruzar fronteras, buscar viviendas y obtener empleos.  Pero con el tiempo, los primeros en llegar abren camino para los que vienen después, compartiendo con conocidos y familiares información sobre casas y trabajos.  En poco tiempo lo que empezó como oportunidad para unos cuantos pioneros está a disposición de la mayoría de las personas en el pueblo de origen.

Las redes comunitarias de los trabajadores agrícolas indígenas coinciden con este patrón.  La experiencia les ha enseñado a desconfiar del fuereño, que los ha tratado con prejuicio.   Esta tendencia se ha visto reforzada también por los dialectos locales de las lenguas indígenas.   Con frecuencia, las personas de un pueblo cercano de México hablan el mismo idioma con diferente tonada y vocabulario.  Es más, las obligaciones de apoyo mutuo que se deben a la comunidad de origen crean fuertes lazos entre los habitantes del mismo pueblo.  Comúnmente la propiedad en los pueblos pertenece a la comunidad.  Los que no cumplen con sus obligaciones de trabajo y liderazgo pueden perder sus derechos a las tierras y hasta a sus casas.  El carácter duradero de este compromiso a los pueblos explica porque los inmigrantes de las zonas indígenas, no obstante sus largas estancias en los Estados Unidos, donan más dinero a proyectos comunitarios en sus pueblos de origen que los que acaban de llegar a California.

¿Cómo entendemos las diferentes redes comunitarias?

Dado que las redes comunitarias tienen un papel significativo en determinar las necesidades de los inmigrantes indígenas, es de suma importancia conocer las diferentes redes comunitarias.  Las redes varían de acuerdo con algunas características claves, particularmente el tiempo que llevan establecidas en los Estados Unidos, la edad, género y escolaridad de sus elementos, y el nivel de obtención de bienes materiales para el grupo.  Los que procuran mejorar las vidas en las comunidades de inmigrantes indígenas pueden aumentar su eficacia al informarse sobre el tipo de red comunitaria al cual pertenece el individuo, la familia o el grupo.   Para una completa discusión de este tema véase el Apéndice II del Informe Final.

Con las preguntas a continuación, se podrá determinar qué tipo de red de pueblo de origen es:

  • ¿Cuándo empezaron a venir los miembros de la comunidad a California?
  • ¿Cuál es la edad promedio de las personas en California?
  • ¿Consta la red comunitaria principalmente de familias o de hombres solos?
  • ¿Viven los niños principalmente en México o principalmente en California?
  • En promedio ¿cuántos años escolares terminaron las personas de la red comunitaria?
  • ¿Son dueños de autos o casas las personas de la red?

Realizamos un estudio detallado de nueve redes comunitarias de nueve distintos lugares de origen. Breves descripciones de cada una de las nueve aparecen en la última parte de esta sección y destacan la variación entre redes.    Algunas redes comunitarias tienen largas historias en los Estados Unidos como comunidades de inmigrantes; otras son redes de recién venidos.   El cuadro más abajo señala que, en algunas redes (cuevas, tepos), empezaron a llegar a California en la década de 1960 mientras que en otras (Loxicha), la primera persona no llegó hasta a finales de la década de los 1990.

Housing Chart

Si comparamos las redes comunitarias según el lugar donde se encuentran los hijos del hogar, otra característica importante, encontramos otras grandes diferencias.  En las redes de recién venidos (loxicha, jicayan), más del 60% de los hijos está en México.  En las más establecidas (cuevas, tepos), todos los hijos están en los Estados Unidos.

Housing Chart

Las redes de pueblos de origen también varían mucho en la cantidad de bienes materiales que han adquirido en los Estados Unidos.  En el cuadro más abajo, se observa que, entre las personas de Loxicha sólo el 20% tiene automóvil, y entre las de cuevas y tepos, más del 70% cuenta con auto o camioneta propia.

Housing Chart

Por último, mostramos una comparación de una característica que varía mucho entre estas nueve comunidades—la medida en que están integradas a la cultura (mestiza) mayoritaria en México antes de emigrar al norte.  Una forma de medir esta integración es mediante la escolaridad en los pueblos de origen.   Observen que las comunidades más integradas, como cuevas y tepos, tienen promedios de escolaridad de 8 años o más mientras que algunas zonas más remotas, como peras y jicayan, tienen promedios de 4 años de estudios (Véase el cuadro más abajo).

Housing Chart

 

La obligación de enviar dinero y servir a la comunidad en México

Una gran mayoría de inmigrantes indígenas conserva una profunda sensación de obligación y hace lo posible por enviar dinero a su familia y por contribuir a su comunidad, sea esto para las fiestas locales, la iglesia o una amplia gama de proyectos cuyo propósito es mejorar la comunidad.  No obstante, el deseo de cumplir con estas obligaciones a menudo queda sin realizarse por falta de ingresos suficientes en los Estados Unidos. 

Housing 3Nueva iglesia en Candelaria, Oaxaca, construida con los dólares de los emigrados. Fotografía por Holly Mines, 2008.

Ya que se establecen en los Estados Unidos, los indígenas envían menos dinero a las familias en México.   Los que tienen esposas e hijos en el país de origen tienen con frecuencia que mandar remesas (dinero) a sus familias nucleares que dependen de ellos, y los solteros sienten la fuerte presión de enviar remesas para el sustento de sus padres y hermanos que están lejos.  Sin embargo, los que viven con sus cónyuges en los Estados Unidos creen que su primera obligación es mantener a sus familias nucleares, y por esto, sienten menos obligación de mandar recursos a sus padres en México, a menos que tengan hijos en la casa de los abuelos.

Sorpresivamente, conforme las personas permanecen más tiempo en los Estados Unidos y a medida que las comunidades se van arraigando al norte de la frontera, la dadivosidad de sus elementos y el cumplimiento con las obligaciones comunitarias no parecen disminuir.

El pueblo de origen -- el centro cultural de las comunidades indígenas

El pueblo de origen es muy querido por la comunidad indígena.  Primero, las tierras agrícolas, el agua y los bosques y pastizales circundantes suelen ser de propiedad comunal y se consideran fuentes de la particularidad cultural y de la supervivencia económica de la comunidad.  Es más, las costumbres y la lengua del pueblo de origen son los focos de identidad y orgullo para estas personas que tradicionalmente manejan sus vidas de acuerdo con rigurosas normas de obligaciones comunitarias mutuas.  El estricto cumplimiento de lealtad a sus pueblos y a sus costumbres ha asegurado la supervivencia de estos grupos como pueblos singulares ante los esfuerzos por la exterminación cultural, primero a manos de los españoles coloniales y más tarde a manos de sucesivos gobiernos mexicanos.

El sistema de gobernación indígena y de manutención de servicios comunitarios se conoce por ‘usos y costumbres’ en México.   Las costumbres varían mucho de una comunidad indígena a otra.  Sin embargo, hay una serie de características generales que comparte la mayoría de los hablantes de las lenguas originales de México.   Por lo general, la tierra no se vende ni se compra y el derecho a trabajarla se goza únicamente mientras el interesado sea considerado persona responsable.  Esto supone que dicha persona asume una serie de puestos comunitarios, conocidos como cargos, y cumpla con tareas a corto plazo (tequio).  Tradicionalmente, existen muy pocos matrimonios con personas fuera del pueblo de origen, y normalmente, la propiedad cambia de manos mediante la herencia y no la venta.

Housing 3Una joven cuyos parientes trabajan en California está comiendo con su abuelo en Oaxaca. Fotografía por Holly Mines, 2008.

Los habitantes de la comunidad que viven (o están de visita) en el pueblo de origen se reúnen a mediación de año para seleccionar las personas que tendrán la obligación de desempeñar los cargos (puestos) el próximo año.  Tradicionalmente, a esta reunión asisten los hombres casados de la comunidad.   En últimos años, en parte debido a la escasez de hombres en los pueblos, a las mujeres se les permite asumir un creciente número de cargos y ejercer más derechos comunitarios.   A menudo, si no se cumple con el servicio a la comunidad, se puede perder la propiedad, incluso la casa donde se vive.  Es decir, en sentido literal, uno es dueño de sus bienes inmuebles solamente si uno participa en la comunidad.   Las personas que no sirven la comunidad pueden recibir multas y hasta plazos carcelarios al regresar a sus pueblos de origen.

Los puestos se desempeñan sin remuneración para los que asumen los cargos.  Estos comúnmente incluyen obligaciones civiles y religiosas (festivales).  Las obligaciones pueden ser muy costosas para el individuo.  Un joven que empieza a servir en el cargo más humilde y que con el tiempo cumple con todos los cargos llega a la tercer edad con el respeto de la comunidad.

A partir de la segunda mitad del siglo veinte, ya que la emigración permanente y de ida y vuelta se convierte en característica importante de estas comunidades, se dificulta encontrar candidatos disponibles que cumplan con las obligaciones de cargo y tequio (trabajo).  Es más, esta escasez hasta de mano de obra significa que los que ocupan los puestos ya no tienen que escalar la pirámide de cargos desde abajo.  Ahora es común ver hombres muy jóvenes como ‘agentes municipales’ o alcaldes de los pueblos en las zonas indígenas de México.

Obviamente, el dejar un buen trabajo en los Estados Unidos para volver al pueblo a cumplir con una obligación comunitaria es un sacrificio para los que viven lejos.   Estos cargos pueden considerarse un sacrificio para los individuos a quienes les corresponden, pero también son la fuerza que une a la gente de comunidades en que muchos de los habitantes tienen que irse desde muy temprana edad para ganarse la vida.   Proyectos de desarrollo comunitario en ambos lados de la frontera pueden beneficiarse al maximizar los aspectos positivos de este sistema y minimizar los negativos.  Se gastan grandes cantidades en las fiestas locales—costumbre exacerbada por los bolsillos de los inmigrantes en los Estados Unidos, de quienes se esperan celebraciones ostentosas.  La idea de canalizar estos recursos en proyectos más productivos es un tema que se trata abiertamente en muchas comunidades.

Breves descripciones de 9 redes de pueblos de origen

Las breves descripciones a continuación crean una impresión de las nueve diferentes redes de pueblos de origen.  Como se ha dicho en la sección que describe el asentamiento en California, creemos que el reconocimiento de la variedad y diversidad entre redes comunitarias indígenas es básico para entender este nuevo grupo de inmigrantes en el Estado.

Además de la edad de la red comunitaria (i.e. el tiempo promedio que llevan sus elementos en los Estados Unidos), hay unas características más que distinguen la red, inclusive la lengua, la historia migratoria, el número de personas en los Estados Unidos y las edades, la composición de sus hogares y los bienes materiales que poseen.   También mencionamos el acceso que existe entre los pueblos de origen y el mundo más amplio ya que esto tiene implicaciones respecto a lo fácil que es la emigración. 

  1. Santa María Teposlantongo—muy establecida
  2. Esta es una comunidad mixteco-parlante que se encuentra localizada en la región de San Juan Mixtepec, en Oaxaca. Se ubica a una misma distancia de dos ciudades muy bien conectadas, Tlaxiaco y Santiago Juxtlahuaca. Sus habitantes han emigrando por décadas. Han establecido asentamientos poblacionales en Veracruz y en Baja California. Participaron en el Programa Bracero, y en la década de 1960 empezaron a llegar a California en números pequeños. A principios de la década de 1980, ya existía una comunidad substancial en el área de Arvin-Lamont, la cual incluía mujeres y niños, y el trabajo principal que desempeñaban era en la cosecha de las uvas y hortalizas. Los jóvenes de ese pueblo continúan inmigrando a los Estados Unidos pero la mayoría se dirigieron a Florida e Indiana. Los oriundos de Tepos hablan español sin dificultad. Son predominantemente un grupo de edad mayor (la edad mediana= 36 años) y en California tienen viviendo con ellos a niños menores. Sus hijos adultos también se encuentran en los Estados Unidos. Unos cuantos poseen casas y casi todos tienen autos.

  3. San Miguel Cuevas—muy establecida
  4. Estos hablantes del mixteco provienen de un pueblo localizado cerca de la pequeña ciudad de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca; la cual está muy bien comunicada con el resto de México a través de carreteras pavimentadas. Sus habitantes al emigrar formaron comunidades satélites o “hijas” en Baja California y la Ciudad de México. Los habitantes de Cuevas también participaron en el Programa Bracero y establecieron los primeros asentamientos en California a principios de la década de 1960. Hacia 1980, ya habían formado asentamientos de familias en el área de Fresno, donde se especializan en el trabajo de la uva. Muchos migrantes de Cuevas aun practican el trabajo temporal y emprenden viajes hacia Oregón, estado donde también se encuentra un asentamiento de personas de su pueblo de origen. Los jóvenes continúan emigrando hacia California, donde se encuentra un creciente asentamiento. En general, los migrantes de este poblado hablan bien el español. También este es un grupo de edad mayor (la edad mediana=34 años) que ya no tiene hijos viviendo en México. Sus núcleos familiares se han mudado a Estado Unidos. Unos cuantos tienen casas y un gran número de ellos vive en trailas (casas móviles) en el área de Fresno. La mayoría posee autos.

  5. Santa Cruz Río Venado—nivel medio de conexión
  6. Estos triqui-parlantes deben de atravesar un camino de terracería (la cual es imposible de cruzar durante la temporada de lluvias del verano) para así poder llegar de su pueblo a la pequeña ciudad de Putla de Guerrero, Oaxaca, la cual se encuentra comunicada por carreteras pavimentadas con Tlaxiaco y el resto de México. Los habitantes de Venado viajan ampliamente por todo México, por lo que se pueden encontrar filiales de este pueblo en Sonora, Jalisco, Baja California y Veracruz. Aunque se sabe que algunos oriundos de esta comunidad llegaron a Estados Unidos antes de la amnistía de 1986-1988, en general tenían una presencia muy limitada hasta la década de 1990. Los primeros migrantes llegaron a la región de Madera pero a mediados de 1990 emigraron hacia Greenfield (Condado de Monterey) donde trabajan principalmente en la cosecha de hortalizas. El dominio del español entre los oriundos de Venado es muy desigual. Los migrantes de este pueblo son relativamente jóvenes (la edad promedio es de 29 años) y una gran proporción de los niños pequeños aun se encuentran en su pueblo de origen. Todos viven hacinados en apartamentos o casas que rentan en California, pero casi todos poseen autos.

  7. San Juan Piñas-- nivel medio de conexión
  8. Piñas es un poblado mixteco situado en el extremo occidental del municipio de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca. Se encuentra conectado con la ciudad de Santiago Juxtlahuaca a través de carreteras sin pavimentar. Los habitantes de Piñas viajaron extensivamente a otras partes de México en búsqueda de trabajo agrícola durante la segunda mitad del siglo veinte, dejando asentamientos en Sonora y Baja California. Aunque unos pocos fueron Braceros, la migración masculina comenzó en la década de 1970. La edad mediana de estos pobladores es relativamente alta (33 años). Las mujeres y niños no comenzaron a emigrar sino hasta después de la amnistía de 1986, por lo que los asentamientos de comunidades con familias completas no aparecieron sino hasta mediados de la década de 1990s. Se encuentran principalmente en San Diego y el área de Santa María, trabajando en la cosecha de hortalizas y fresas. Algunos que viven en San Diego también han encontrado trabajo en el sector de la construcción. La habilidad de hablar español entre los habitantes de Piñas es mixta, quizás esto se debe principalmente a su relativo aislamiento y a los bajos niveles educativos. A pesar del temprano arribo de los primeros migrantes, se encuentran pocas parejas viviendo juntas ya que la gran mayoría de los niños pequeños se encuentran en el pueblo. Nadie en la muestra era propietario de una casa y solo una minoría posee autos.

  9. Cerro del Aire-- nivel medio de conexión
  10. Cerro es un poblado de habla chatina, que se encuentra conectado por una carretera de grava con las principales autopistas que se encuentran entre Puerto Escondido y la Ciudad de Oaxaca. Es una comunidad que a diferencia de otras que se incluyen en este estudio, hasta hace poco no había estado expuesta al mundo exterior y había viajado poco a otras partes de México en búsqueda de trabajo. No obstante, algunas personas se han establecido en la Ciudad de Oaxaca.  En el caso de Cerro, una vez que los habitantes encontraron la manera de salir de la comunidad, vinieron directamente a Estados Unidos. En California, casi la mayoría siguieron los pasos de un pionero que llego a Petaluma, donde trabajan principalmente en las uvas de vino y en la jardinería. A pesar de que este pionero y su esposa llegaron en el tiempo de la amnistía de 1986, casi todos los migrantes de Cerro llegaron a fines de la década de 1990, y la mayoría de las mujeres llegaron después del 2000. No obstante su incorporación tardía al flujo migratorio, la mayoría de los habitantes de esta región costeña hablan bien español y lo emplean para hablar con sus hijos que residen en California. Sin embargo, la mayoría de los relativamente jóvenes migrantes (edad mediana=28 años), no se han establecido en California con sus esposas y la mayoría de sus hijos pequeños aun están en Oaxaca.

  11. Candelaria la Unión—recién llegados con amplia presencia
  12. Este es un pueblo de habla mixteca del municipio de San Pablo Tijaltepec, se ubica sobre un largo y difícil camino de grava, a una hora de la pequeña ciudad de Chalcatongo de Hidalgo, en el distrito de Tlaxiaco, Oaxaca. Los pobladores de Candelaria si viajaron a otras partes de México a trabajar y formaron asentamientos en Baja California y la Ciudad de México. Aunque la gente de Chalcatongo tiene historia de haber participado en el Programa Bracero, en la región de San Pablo Tijaltepec, la migración parece haberse demorado debido a las malas condiciones de las carreteras. Se establecieron tardíamente en California. Los primeros pioneros arribaron hasta la década de 1990, y muchos no se establecieron sino hasta ya entrada la década del 2000. Se asentaron en Taft y Santa María donde trabajan en las uvas, hortalizas y fresas. A pesar de su aislamiento y reciente arribo, parece que muchos hablan bien español y los migrantes tienen un nivel educativo relativamente alto. Con respecto a la presencia de esposas y niños, los hombres de Candelaria presentan un patrón inusual. No obstante su tardío arribo a California, su juventud (edad mediana= 27 años), y el hecho de que una gran proporción de los niños (41%) aun se encuentran en su pueblo, un porcentaje extremadamente alto de pobladores (78%) tienen a sus esposas en California. Parece que la gente hizo la estimación de que les convenía tener dos generadores de ingresos en California, aun si esto significaba dejar a los niños con los abuelos en el pueblo. No es sorprendente que la mayoría rentan, y menos de la mitad tienen carros.

  13. San Martín Peras— recién llegados con amplia presencia
  14. San Martin Peras se localiza en el extremo oeste de Oaxaca, cerca de la frontera con Guerrero; es el pueblo principal del municipio que lleva el mismo nombre. Este pueblo mixteco es el centro administrativo de la región y tiene la población más grande las nueve comunidades que se incluyeron en este estudio. El pueblo solo fue fundado y construido como un centro poblacional hasta  las décadas recientes. Aun se encuentra aislado, ya que cuenta solo con pobres carreteras que parten desde la ciudad de Santiago Juxtlahuaca. A pesar de estar en una área tan remota, los habitantes de Peras han viajado extensamente en México en búsqueda de trabajo. Existen asentamientos de personas de este pueblo en el Valle de San Quintín en Baja California. Los primeros pioneros llegaron a California a fines de la década de 1970, pero no fue sino hasta después de la reforma migratoria de 1986 que comenzaron a cruzar la frontera en grandes números. La mayoría de los hombres arribo a finales de la década de 1990 y muchas mujeres llegaron después del 2000. Se asentaron principalmente en Oxnard y Watsonville donde trabajan en la industria de la fresa. Existe un importante flujo migratorio temporal entre estas dos áreas. La gente de Peras habla español de una forma desigual y tienen uno de los niveles educativos más bajos. Sin embargo, como en Candelaria, la mayoría vive en California con su esposa. Esto es una vez más cierto, a pesar de su juventud (edad mediana= 27) y el hecho de que un alto porcentaje de los niños pequeños viven en México. Ninguno posee una casa, aunque la mayoría si son propietarios de carros.

  15. Jicayán de Tovar— recién llegados con amplia presencia
  16. Jicayán es un poblado de habla mixteca que se encuentra en Guerrero. Tiene caminos tortuosos que hasta el 2009 era imposible cruzar en la época de lluvias. Para comunicarse con el mundo exterior, uno tiene que pasar a través de Santiago Juxtlahuaca en Oaxaca, ya que se encuentra aislado del resto de Guerrero. A pesar de estar aislados por la mala condición de los caminos, la gente de Jicayán ha podido viajar a la costa de Guerrero a trabajar en la zona turística y la industria de la construcción. También han viajado a otros estados de México, aunque comenzaron a emigrar hasta la década de 1980, mucho más tarde que los otros pueblos. Se establecieron asentamientos en Baja California, Michoacán y la Ciudad de México. Aunque un pionero llego durante la amnistía migratoria de 1986, la mayoría de la gente arribó después del 2000 (edad mediana=26). Los migrantes de Jicayán hablan muy poco español en general y su nivel educativo es el más bajo entre las nueve comunidades. Una pequeña minoría vive con sus esposas y el 60% de los niños menores viven en México. Ninguno posee casa, pero muchos han tenido carros que usan para viajar entre Caruthers / Raisin City y Santa María, dependiendo de la demanda de trabajo agrícola en los sectores de la uva y la fresa.

  17. Magdalena Loxicha—red de recién llegados que apenas inicia
  18. Loxicha, un pueblo de habla zapoteca, se localiza cerca de un camino poco confiable pero de grava, en una remota área al norte de la autopista entre Puerto Escondido y Puerto Ángel, Oaxaca. Este pueblo entro muy tardíamente al flujo migratorio. No existe evidencia de que alguien emigrara antes de 1990. No existen asentamientos en otras partes de México. La gente vino directamente a Estados Unidos. Nadie de la generación vieja habla español bien en el pueblo. Sin embargo, a pesar de este aislamiento y la falta de historia migratoria, las habilidades lingüísticas están cambiando rápidamente. Los niños conversan fluidamente en español en las calles del pueblo y entre los jóvenes asentándose en California ya se habla bien el español. Aunque hubo unos cuantos pioneros en la década de 1990, la mayoría del número relativamente pequeño de habitantes de Loxicha que ha venido a California, lo ha hecho desde el 2000 (edad mediana=25). Se establecieron principalmente en el área de San Diego, donde trabajan en los campos de fresa y tomate. Loxicha es el único de los nueve pueblos con poca presencia de mujeres y niños. Solo encontramos en California dos mujeres de esa comunidad y ambas tenían niños muy pequeños. Cerca del 80% de los hombres de nuestra muestra no tenían a su esposa con ellos y una amplia mayoría de sus hijos vive en México. Los hombres de Loxicha no son propietarios de casas y solo un 20% tiene auto.